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La cuestión es creerse genio y acertar. Julio Cortázar |
Seguro que a algunos ya les suena, pero para los que no voy
a descubrirles un (triste) tipo de ser humano, “el experto”. Dice ser de aquel
que sabe absolutamente todo, TODO, sobre todo como si hubiera sido tocado por
algún don bíblico que los otorgara la omnisciencia. No creo que haga falta más
para entender ese mal que no conoce fronteras ni banderas, es universal y nace
de la más pura arrogancia humana aunque hoy, para suavizar, lo llamen
“cuñadismo” (Porque para eso la gente es única y enseguida se presta a la
chanza con cualquier cosa, por grave que esta sea).
Lo bueno de estos (si, algo bueno tienen por mucho que
cueste creerlo) es que no ponen razones más allá del clásico “lo sabré yo” tras
el que muchos se sienten Jasón al encontrar el vellocino dorado pues han
encontrado algo incluso más valioso, fuerzas para no preguntar “¿y lo sabes
por…?” evitando así líos mayores. Sin embargo, hay una subespecie de estos
neo-sofistas que se creen mejores que los demás. (Auto)Elevados por las
excusas, a cada cuál más pobre que esgrimen como armas para azuzar al ‘no iluminado’,
merced, entre otras, pero sobre todo, de su experiencia. ¡Oh, bendito empirismo
que no está corrompido por el prisma personal de estos sujetos! Que cuales
profetas del verdadero dios (no otro que ellos mismos. Será que con la crisis
hay que recortar personal y uno debe hacer a la vez de las dos figuras básicas
de las grandes religiones monoteístas) que vienen a imponer su opinión, única
válida por, como se juraba antes, “Su divina gracia”. Generadores de opinión,
se hacen llamar, los muy arrogantes. Como si la gente no tuviera cerebro como
ellos para pensar y formarse su propia opinión… Bueno, según ellos no, y aquel
que ose rebatirle será considerado hereje. Perseguido, como si de una película
se tratase, al grito de: ¡Ha dicho jehová!, o sea, ¡Tiene pensamiento propio!
Pero ¿Es por decreto divino? ¡No! Ellos son los más
democráticos del mundo (mundial) y no hay nada más democrático que desdeñar al
de enfrente al tiempo que se lo sepulta… gritando más alto, claro (¿Alguien
había pensado, acaso, en dar unos argumentos mejores? Si es así, bienvenido al
bosque, ya eres de los nuestros, estás más perdido que un elfo en Mordor). Da
igual que el de enfrente tenga datos, hechos o ambos, ellos y su título, es que
tienen tal cosa, guardan la llama del conocimiento caiga quién caiga (curioso
que suela ser la propia llama la primera en caer). Puede, querido lector,
escribir aquí el conocido ejemplo que (dis)guste, yo me decantaré por aquello
que me toca, los blogueros, y más concretamente, los videolúdicos.
Normalmente este tipo de “expertos” suele hacer
artículos/entradas/post/… extensos, lo de lo bueno si breve, dos veces bueno, o
no lo entendieron (es posible, tener, sí que lo tienen, un título no implica
necesariamente una inteligencia privilegiada) o no lo oyeron (también posible,
sólo suelen prestarse oído a sus propias palabras, salvo que alimente su
ciclópeo ego), que van precedidos por un Nick a cada cuál más original (el
resultado pasa más cerca del término ridículo), un nombre si es en una revista
(es de las pocas veces que agradeces el santoral y el socorrido “Juan”. No
quiero imaginar qué nombre le habrían puesto estos a los ‘no identificados’,
¿María Huana? ¿Tomás Turbado? Esperad, ya lo tengo, Obi-Wan Kenoviónadie, y
como no es un nombre fácil de identificar, vale para ambos sexos ¡unisex! ¡Viva
la igualdad!) y/o, en el peor de los casos, una foto (peor porque no
entendieron que la combinación entre pose a los James Bond con la pinta de
acosador y la camisa del Half-life 2, unido al Nick de antes… lo más grave es
que se creen que están geniales. Para las fotos de la redada de la Policía, si,
pero no creo que fuera ese su objetivo). Pero la frustración no acaba más que
de empezar (¿El final de Perdidos? Eso es para novatos, -risa malvada de esas
que empiezan por “Muaja”-). Estos escritos suelen ir precedidos de una frase
cebo, lo que en cualquier buen artículo se denominaría “título” pero que no
pueden ser llamados así, porque, a diferencia de estos, lejos de reflejar el
espíritu de lo que se va a leer, no dicen absolutamente nada (¡Bravo!, dijimos
antes que título y de periodista ¿no?...). En cambio sí dice mucho de su estado
de ánimo al sentarse a teclear. Si uno tiene algo de costumbre puede
identificarlos por esto, veamos unos ejemplos (y como me gusta, con
retrospectiva, que no es la habilidad de los espíritus de Kamigawa, sino echar
la vista atrás para ver las cosas con la cierta distancia que sólo otorga el
tiempo pasado):
*Los videojuegos de antes: Nostálgico, seguro que a medida
que avanza se va cabreando porque no consigue derrotar al jefe final del
BloodBorne ¿No te gustan los juegos antiguos? Pues eran difíciles como ellos
solos, pero no lo quieren todo ¿eh? Nada más que lo que les gustaba (Que malos
los de Sinclair Research, mira que no seguir produciendo juegos para Spectrum).
*Resistance y su multijugador: ¡Uf! Este lleva un “Mou”squeo
peor que el aludido el día del ‘¿Por qué?’ Seguro que no le ha acertado ni a su
compañero de equipo. No pasa nada, hay niveles para abuelos-canguro en casi
todos los juegos ¡Ánimo!
*No somos tontos: Aquí hay dos lecturas. O bien es
humorístico, o bien es “soy el más guay del parque”. En este caso es la
segunda. Aún recuerdo lo que me reí de este artículo, nombre con foto de esas
maltraídas, un cabreo como Anakin el día que lo filetean y un argumento histriónico.
Tiré unos minutos de mi vida (porque como todos, coincide en poner un título
inútil para obligarte a leerlos), pero me sirvió para adquirir conciencia de un
hecho. Su opinión es ley (Claro, ¿Cómo habré olvidado el “Rex, Lex”?) y si la
mía no coincide debo apresurarme a cambiarla so pena de ir en contra de su
argumento de autoridad. ¿Cuál? Pues no es citar filósofos griegos, es algo más
arcaico, es haber jugado con los dinosaurios consoleros, aparatos que sólo conocemos cuatro mil cuatrocientos contados
(los más frikis de este mundillo) y jugado aún menos. En otras palabras, como
el tipo ha matado marcianitos en una sala de recreativos o metido fontaneros
por tuberías gruesas (¡Vaya! Dicho así, puede que tenga una mente enferma, pero
tiene toda la pinta de ser el argumento de una película porno) en NES ya puede
decir lo que le venga en gana siendo además cierto, o cuanto menos
usufructuario del principio de veracidad.
La mayoría de las veces dicen sinsentidos y tonterías que
sólo ellos piensan… bueno, no es cierto del todo, en ocasiones ven muertos, o sea
grupúsculos, perdón, pequeños foros, que lo apoyan. Casi siempre ejercen algún
cargo en dicho foro, puesto que le han dado por puro nepotismo, lo han visto en
la revista (aunque no la lea ni el Quijote en un día aburrido), si es que
publica en una, y han pensado que es famoso e incluirlo en su foro hará que suba
su número de visitantes, y si, sube tanto como el número de contratos
indefinidos según los sindicatos… En medio del maremágnum de memeces van haciendo
cargas frontales que en nada deben envidiar a los berserkers vikingos, dejando
títere sin cabeza y pobre del que se revele contra la escabechina porque no
será él quien se encargue, no, él ya ha dejado el cadáver para los buitres, o sea
sus acólitos (más fanáticos que los sith), que se encargarán de rematar al
zombie antes que extienda el virus T, la plaga del descreimiento que puede
provocar que su particular dios Kira pierda su Death Note, esto es, su columna
o blog donde dicta sus juicios de valor y con ello la popularidad ¡y de
retruque la de estos palmeros! ¡Que espanto! Nada da tanto prestigio como ser
palmero de Cleopatra, obvio.
Más allá del tono jocoso y sarcástico (también hiriente, lo
reconozco) de este comentario (que dicho sea de paso, tiene algunos de los
defectos denunciados, ser largo cual día sin pan o totalitario, espero haber
hecho un buen reflejo de lo que hablo para que el que lea esto pueda apreciar
bien el reflejo de sus actos) me gustaría recalar en aquello que subyace en
todo esto y es la profunda vanidad que ha de tenerse para escribir así ¿Qué
hace mejor a unos que a otros? ¿Es de verdad tener más años que otro suficiente
motivo para emitir opiniones que van mucho más allá de la libertad de expresión
para tornarse ley? Antiguamente el anciano era sabio y nadie lo discutía, nadie
lo discutía porque demostraba esa sabiduría no creyéndose un generador de
opinión sino un útil consejero, cierto es que esto hacía que la juventud fuera
poco menos que ignorada en el decisorio, cosa tan mala como la exacerbada exaltación
de lo contrario que rige nuestros días, dentro de lo cual también parece, a la
luz de los hechos expuestos, genera unas distinciones por razón de edad y
aunque los años pueden dar cierto bagaje, no es ni mucho menos suficiente para
arrogarse infalibilidad , tampoco para atacar como atacan, pues todo el mundo
puede atacar (como he hecho yo o peor), la cuestión es que esa es la mejor
forma de no llegar a nada. Lo que más me atormenta, me inquieta, me perturba no
es el horóscopo, sino lo fácil que se cae en el ataque en vez de la opinión
civilizada, peor aún cuando se emplea terminología excluyente (No todo el mundo
tiene porqué saber qué es cada cosa, que Kamigawa es una de las ediciones de un
juego de cartas, que Bloodborne es un videojuego de rol complicadísimo, que
Sinclair Research era una compañía de consolas como hoy Sony, que existió una
consola llamada Súper Nintendo, que Resistance es otro videojuego, en este caso
de disparos, que el Virus T es el patógeno de una película llamada Resident
Evil, o que Death Note es un manga sobre un chico con un cuaderno mortal) para
creerse superior. Cualquier opinión merece ser escuchada y respetarse al tiempo
que respete ella a los demás. Por lo menos así lo veo yo, querido lector, pero ¿y
tú? ¿Tú qué piensas? ¿Tú qué crees? (Psss, recuerda que si no dices "si" mis súbditos
te machacaran. Muaja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…).
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La Soberbia es el pecado más grande y ridículo. Josemaría Escrivá de Balaguer |
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