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No debemos perder la Fe en la humanidad que es como el
Océano: No se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias. Mahatma Gandhi.
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Hace mucho, mucho, tiempo, cuando los elfos eran ya ancestrales, los seres humanos se hicieron con el poder en la Tierra. Gracias a ellos esta conoció un periodo sostenido de prosperidad sólo salpicada por guerras intestinas propias de una raza tan belicosa.
Así, la
humanidad se extendió rápidamente, multiplicando su número y conquistando cada
rincón. Domeñando o, en su defecto, exterminando bestias y soportando climas
inhóspitos.
Esto, que
con tan buenos ojos ven los propios humanos, también trajo consigo devastadoras
consecuencias como la muerte de la magia, profanados sus enclaves sagrados por
mor de un incesante afán expansionista; o la destrucción de la Madre
Naturaleza, violada constantemente por máquinas cada vez más ajenas a ella.
La tremenda
superioridad de que gozaba y, viendo que nadie osaba o podía hacerle frente,
contradecir siquiera sus peores actitudes, le hicieron caer en insidioso pecado
de la arrogancia que tantos pesares ha dado a los propios elfos, la cual le
llevó más lejos todavía en su ceguera y egocentrismo hasta el punto que dejó de
entender o tan sólo ver al resto de criaturas con las que había compartido
dichas y desgracias, amado y derramado sangre, vida y muerte.
Perdido en
su recién adquirida ignorancia, el homo sapiens fue quedándose aislado y,
finalmente, para el hombre sólo existía el hombre. Pues su cerebro, si recibía,
ya no estaba interesado en estímulos ajenos a él.
Lo que
habría de ser la etapa más prodiga fue (es) su etapa más decadente y, a la
postre, triste. Queriendo elevarse a la gloria cayó en lo profundo del pozo, un
pozo, el del egoísmo, del que aún no ha salido… ni visto tampoco el fondo.
Mas no tiene
por qué ser así. La humanidad no está tan sola como parece, no todos nos
fuimos, no todos la dejamos vagando sin otro rumbo que la ruina. Algunos
creímos y todavía creemos en las posibilidades de esta raza sin par. Con
únicamente mirar más allá de sí mismo, sin tener como prioridad la codicia,
bastaría para darse cuenta del craso error que está cometiendo.
Y a ese
cometido creo este blog, para, desde los medios tecnológicos, casi exclusiva
plataforma a la que hace caso hoy día, aportarles mi particular visión del
mundo y con ello, espero, ayudar a evolucionar a esta tan denostada, pero capaz
humanidad.
Si no
entiendes el porqué de las muchas acciones, situaciones o hechos cualesquiera,
este es tu blog. Un lugar donde hacerse preguntas y ver las cosas de otro modo.
¿Quién no se ha preguntado alguna vez “Seré el único que ve el error que supone
esto”? De esta premisa surge este rinconcito en la red, para que los que ven el
mundo de forma diferente, con otros ojos. Y sobre todo, para que puedan
comentar y no quedarse como meros lectores de lo distinto.
Sinceramente.
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