viernes, 17 de junio de 2016

Altura Política

La política es el arte de servirse de las personas haciendolas creer que se las sirve a ellas. Louis Dumir

Los políticos son personas que entregan su vida al servicio público, garantes de nuestra confianza que detentan el poder del Estado para favorecer los intereses de la mayoría respetando en la medida de lo posible los de la minoría.
Esta es la teoría del gobernante de toda institución democrática (o or lo menos lo que entendemos por democracia hoy día) en cualquier lugar del mundo, entonces ¿Por qué parece (voy a añadir este verbo a la frase por aquello de que siempre hay excepciones que confirman la regla) que nadie sigue ese razonamiento ya? ¿Por qué los intereses 'del partido', y más aún, las ambiciones personales, se han alzado a primer término en detrimento del beneficio común, o sea, aquello que debiera ser y para lo que son puestos en esos cargos? A fuer de ser sinceros estás dos últimas cuestiones se pueden responder con sencillez por lo que la pregunta pasa a ser ¿En qué momento la Política dejó de ser la areté que dirige las demás ciencias para convertirse en el medio de lucrarse, o lucrar a terceros, de la mejor forma? ¿Cuándo y por qué (¿Por cuánto?) los políticos, afianzados ya como un colectivo con conciencia de sí mismo, vendieron su trabajo y razón de ser, no ya a empresas o lobbys, sino a sus propias pasiones y bajezas? Por supuesto, son seres humanos y, como todos, poseedores de defectos, sin embargo ¿Por qué dejaron que estas domeñaran su quehacer hasta desvirtuarlo por completo, alejandoles de sus conciudadanos y convirtiendolos en meros idus temporales que reclaman ferozmente nuestra atención para olvidarnos después como un amor de verano, sus promesas voladas en el viento en que fueron pronunciadas? ¿Qué tan atractivo encontraron como para olvidarse del motivo por el cuál sirven a los demás, y no por dinero, pues la retribución que reciben es netamente inferior a lo que obtendrían en otros trabajos más lucrativos? Y de forma menos idealista ¿Cómo olvidaron que como ciudadanos de su país lo que sucede en él, aunque sea en menor medida, les sigue afectando a ellos? Si, también podría responderse a esto con la avaricia y su ceguera, pero incluso aceptando la debilidad humana ¿Qué o a quiénes nos ha llevado a esta situación en la que los políticos vendieron el todo por una (pequeña) parte sin ver que ese árbol era uno más en su bosque? O, sin tanta floritura ¿Acaso no veían que tenían todo el poder y que al (mal)venderlo ahora sólo poseen el que aquellos que los tentaron les dejan?
Tanto se han desvirtuado las cosas que ya hacen cualquier cosa por un poquito más de poder, como un adicto, incluso aunque ello suponga ir en contra de su, obviemos la palabra "deber", dejemoslo en simplemente, trabajo. En España va a haber unas segundas elecciones ¡y no se descarta que haya unas terceras! Con el consiguiente perjuicio económico que supone para las arcas estatales cada una de ellas, un esfuerzo que se hace porque es necesario, pero que se vuelve inadmisible cuando se repite 'ad eternum'. ¿Se entiende ya porqué digo que es como si hubieran olvidado el motivo de su existencia? Parecen inmersos en un diálogo al más puro estilo socrático. No tiene ni fin ni razón de ser más allá de perpetuarse en el tiempo. Mas tampoco es así completamente, en realidad esperan conseguir el sillón más grande adelantando a sus rivales igual que si de una carrera se tratase (me guardo el tipo de participantes que me recuerdan para mi), sin pensar que esa silla no es un, ni mucho menos "su", trono y que sentarse en él implica una responsabilidad para con todos (los que le auparon hasta ahí, los que no y hasta sus rivales).
Pero, quizá, la culpa de esto no sea sólo suya, quizá los ciudadanos hayamos tenido una cierta complicidad dolosa de la que no queremos ni oír hablar. Dicen que sólo se quejan los que no pueden hacer lo mismo, sin embargo, eso, en mi opinión, sólo es cinismo desalentador que cree que todo el mundo es igual, que nadie posee unos principios irrenunciables.
Da igual, sea como sea, lo cierto es que nos merecemos (todos, también los políticos) que esto no vaya a más ¿No?
No busques la respuesta demócrata o la respuesta republicana, sino la respuesta correcta. No busquemos reparar la culpa por el pasado. Aceptemos nuestra responsabilidad con el futuro. Jhon Fitzgerald Kennedy

No hay comentarios:

Publicar un comentario