viernes, 27 de abril de 2018

Libertad para no salirse de la norma



Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que no tiene futuro. - Anónimo

Hola, querido lector. Puede que el tema que trate hoy te resulte chocante, puede que no estés de acuerdo conmigo, puede que te escandalice, incluso puede que te parezca aberrante... sea como sea, siempre es interesante invitar a la reflexión. Que no es otra que las cadenas que nos aprisionan en los convencionalismos culturales dentro de los que vivimos.

Ahora que estás prevenido voy al núcleo del tema: la idea que ha tenido una mujer para vivir (o sobrevivir) durante la siempre difícil etapa universitaria. Ni más ni menos que dedicarse a un tipo light, pero mucho más expuesto al público, de la prostitución, el porno.

Si, viendo un programa de sucesos de una conocida cadena televisiva, me encontré con una entrevista telefónica a una joven que se dedicaba a una versión moderna del porno. 

Reconoceré que estaba haciendo otras cosas a la vez y no pude enterarme del todo bien, pero al parecer esta chica, que respondía al nombre de Lucía, hacía unas sesiones de webcam pornográficas. No sé si también trabajaba en algo más estilo películas, cortos, etc, o sólo se dedicaba a esto, pero sí me enteré que es capaz de cumplir con el trabajo que le encomiendan alrededor de 3-4 clientes ¡al día! Muchas empresas querrían trabajadores tan eficientes para sí, sin duda alguna.

A lo mejor me equivoco, quizá no sea tanto, pero sea mucho o poco, le da suficiente para obtener el motivo, ya insinuado antes, por el que lo hace, este es, pagarse la universidad.

Obviamente, en el programa a través del que me entero, una vez cortada la conexión marconiana, no la dejaron en muy buen lugar. Y sinceramente, no lo entiendo. Esta mujer no sólo era a mi sincero juicio atractiva, también era inteligente, parecía simpática, agradable en el trato, con un vocabulario acorde y centrada en su meta de obtener el título y un futuro puesto de trabajo relacionado con la abogacía.

No sólo eso, incluso llegó a mostrar compromiso social: Cuando le preguntaron por la tributación respondió que, aunque normalmente arrojaba un saldo favorable (lo que normalmente se suele decir por "salir a devolver"), como en el ejercicio fiscal pasado, no lo reclamaba porque ella ya vivía bien y su necesidad, costearse la educación más cara, ya lo cubría.

Si una persona me cuenta esto en una conversación, a mi ya me habría suscitado interés (y con las conversaciones intrascendentes que suelo mantener, esto es mucho decir), es admirable tanto la brillantez del método (creo que elige sus clientes y no hay contacto personal, es decir, no es prostituta, o por lo menos ya no... perdón por no haber podido captar todos los detalles, traté de enterarme lo máximo posible mientras atendía a otros quehaceres) como, sobre todo, su valentía.

En el mundo actual en el que la represión sexual femenina sigue existiendo, nos guste admitirlo o no, conocer el caso de una joven que se atreve a dar la cara y contar su caso, sin tapujos y con normalidad (con lo difícil que es hablar de sexo públicamente en un tono sensato); ver su arrojo por conseguir su sueño de convertirse en abogada (o jueza, o lo que quiera, porque con esa voluntad puede llegar a lo que aspire)... me pareció admirable.

Todos hemos oído que hay jóvenes que se dedican a una rama u otra de la gargantuesca industria del sexo para salir adelante, en especial estudiantes, pero ponerle rostro, poner una cara que haga de paradigma, me ha acercado el asunto.

Quizás esa admiración por las ganas que le ha puesto en lugar de permanecer indolente, quejandose porque sus padres no se lo puedan costear, como a otros, se vió acentuado por, como digo, los comentarios que siguieron a la entrevista. No negaré que soy presa fácil para ese truco psicológico de colocar a alguien en una mala situación para ganar defensores, posicionarme con el más débil por el simple hecho de proteger a quién se está linchando (verbal o físicamente) es algo que hago inconscientemente.

Es que me sorprendió sinceramente que se la atacara. Vale, sabía que en una sociedad como esta se la iba a juzgar, pero, en serio, no sacar nada bueno de su lucha por sí misma me pareció muy injusto. Y ello me ha llevado a escribir esta reflexión.

Y no voy a caer en la trampa de pensar que una chica guapa tiene fácil acceso a ingresos suficientes para permitirse una carrera, en especial en una industria (tan deshumanizada, que no se olvide) como el porno, porque eso es directamente mentira, más bien todo lo contrario. Sin embargo el auténtico problema no es ese sino el que viene después, y es que cuando consiga la toga será juzgada, y con dureza añadiría, por toda la gente que ha visto el programa o que la conoce del trabajo, lo que será, me temo, un lastre para acceder al bufete (si es que va a abogada y no a fiscal o jueza) que desee.

No podemos olvidar que nuestro pasado nos persigue y, aunque quiera dejar atrás esta etapa de su vida, no podrá, y cada vez que tenga una vista los abogados de la otra parte o el fiscal siempre tratarán de desprestigiarla mediante este trabajo previo.

Sin embargo, y esto es a lo que quiero llegar ¿Es justa esta crítica, este desprecio (ójala me equivoque, por Lucía y todas las que luchan como ella, que se lo merecen) a una persona que, en vez de dejar que se lo regalen o buscar otro futuro más sencillo, ha luchado de la manera que ha podido por perseguir su sueño?

Ella comentó que estuvo trabajando de camarera, por lo que no es cuestión de usar su físico en una solución fácil, es que no sólo la pagaban menos sino que además tenía menos tiempo para estudiar, que es, como debe ser, en lo que está volcada (y todos los que han trabajado alguna vez de camareros saben la cantidad de horas y fatiga que genera esa profesión).

Encima lo hace sabiendo el juicio social al que se expone cualquier actor porno, en especial las mujeres, y aún así no parece importarla ¡Guau! Y tiene razón, si no se hace daño a nadie, cualquier método es bueno para lograr las aspiraciones de uno. Por lo que, una vez más "olé". Olé tú y olé todas las que luchan como tú.

Está claro que yo estoy posicionado, no lo puedo (ni quiero) negar ¿Pero no es eso, la persecución de sus metas sin importar las dificultades, algo admirable? Tener o no una carrera universitaria es muy importante para lograr según que puestos de trabajo, hoy más que nunca, entonces ¿Por qué la desprecian?

No sólo para el trabajo, como persona misma la "ningunearán". Por todos es sabido que los actores porno raramente tienen, por ejemplo, parejas que no pertenezcan al mundillo, pues sólo ellos, que están dentro igualmente, entienden y ven más allá, ven a la persona tras el papel.

Olvidemos los tópicos del patriarcado y demás. Lo que me parece que molesta es ver a alguien que rompe con las normas ¡Y gracias a eso puede lograr cosas que el resto ni se plantearían! Como estudiar un grado aún cuando tu familia no se lo puede permitir.

Por eso, Lucía, y todas la que desafían a lo establecido, quiero transmitiros mi más sentida enhorabuena, porque vosotras rompéis reglas no escritas en pos de un futuro mejor, y sin hacer daño a nadie, que ya es más de lo que pueden decir otros.

Determinada , fuerte, lista, con voluntad ¡Y encima guapa! Dime, querido lector, si desconociendolo todo salvo estas cualidades, no querrías que fuera tu abogada. Entonces ¿Qué importa cómo ha llegado hasta la sala? ¿Lo que importa es que haga bien su trabajo, no?



Como siempre, cualquier comentario es bienvenido y seguro todos los habitantes del bosque disfrutaremos intercambiando nuestros pareceres, así que, por favor, no dudes en escribir tu propia reflexión personal con la que enriquecer esta diatriba.

Nos vemos, sólo sigue el sendero boscoso.


No vivas dando tantas explicaciones. Tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden. - Oscar Wilde

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