viernes, 26 de mayo de 2017

Conspiración siria (1ª Parte)

La Guerra es la continuación de la política por otros medios.-Carl von Clausewitz
Hola, querido lector.

Esta teoría que he estado dando vueltas no iba a publicarla (tal vez se la enseñara a una o dos personas conspiracionistas como yo y punto, como mucho). Pero lo expuesto la semana pasada por el coronel del ejército de tierra de las Fuerzas Armadas del Reino de España, Pedro Baños; y por el ex director de la revista Año Cero, Enrique de Vicente, en el programa Cuarto Milenio, me ha alentado a postearla por lo cercano en muchos aspectos al análisis que propongo a continuación.

Es una reflexión sobre la guerra siria y el uso de armas químicas que sacó a partir de mis conocimientos propios en los conflictos, la lectura entre líneas que sacó de las noticias y mis cavilaciones y vueltas de tuerca que trató de ver en los acontecimientos que me rodean.
Sin más dilación: ¿Soy el único al que le parece muy sospechoso el atentado al convoy de refugiados de hace unas semanas?

Quiero decir, a ninguno de los que se le achacaría dicha barbarie le conviene. El régimen sirio no obtiene sino una razón más para que la comunidad internacional decida intervenir y le agüe la fiesta que tiene tan bien controlada gracias a su colega ruso; hablando de rusos, para ellos, que manejan a sus anchas el teatro de operaciones con su superioridad militar basada en bombarderos, tanques y Spetznaz (¿Qué la intervención terrestre acarrea protestas civiles? Si para todo hijo de vecino… menos para el zar Putin), esto sólo es un contratiempo que hace más débil su postura en el Consejo de Seguridad de la ONU para que no se medie en el conflicto… incluso el sospechoso habitual, el Daesh no saca demasiado beneficio de esta masacre, a fin de cuentas, esos autobuses transportaban personas que habían perdido todo por culpa de la guerra, gente que se había visto obligada a dejar atrás sus casas y trabajos, que habían perdido familiares y amigos, en otras palabras, dianas perfectas para la propaganda de odio que difunden los terroristas de todo rincón del globo. Si, además, tenemos en cuenta que, cuando llegaran por fin a Europa, en vez de la Tierra Prometida, con su orgullo de defensores de los Derechos Humanos y su democracia, se iban a encontrar con el infierno de los campos de refugiados... la verdad, no hay que ser ningún genio para ver el caldo de cultivo que suponen todas esas circunstancias. Cualquier demagogo medianamente capacitado podría captarlos para lo que les viniese en gana a poco que les incitara a ello.

Pero no se puede decir que no ha sido nadie, si eliminas al culpable debes (a menos que sea una corazonada) dar una alternativa.

Por lo cual mi objetivo es los Estados Unidos de Norteamérica, no por ser lo sencillo (es lo que tiene estar en todas), sino por una deducción lógica.

Esta es: Si dejamos fuera de la ecuación a los culpables que ha escenificado el ilusionista, digo la prensa ¿Quién queda? ¿Quién falta en esta fiesta del músculo geopolítico de aquella región? Bueno, si tenemos en cuenta, como digo, al otro actor, E.E.U.U., las posibilidades se abren en abanico. Pero antes de empezar sería conveniente recordar dos cosas: Primera, Trump es el primer presidente, desde JFK tras Bahía Cochinos, que no cuenta con el favor de su servicio de inteligencia, la C.I.A., de forma notoria (hasta ha salido publicado en los medios de comunicación que los mandos se preguntan si deben darle toda la información que poseen por miedo a que se filtre a Rusia, y eso que el D.C.I. -Director de Inteligencia Central- ya se guarda información... tal es el grado de desconfianza); y segunda, el propio presidente ha reiterado en estos meses de mandato que se planteaba seriamente la intervención en Siria. Con lo cual ¿Qué queda? Para mí, dos, incluso tres, opciones, ninguna muy buena, pero todas cortadas por el mismo patrón, una black op, esa que tanto gustan en los videojuegos (cercana a las de falsa bandera si no fuera porque no se ha reivindicado autoría, elemento crucial de este tipo de misiones):

*Opción A. Trump, al no contar con el apoyo de la C.I.A., ha decidido hacerse valer por sí mismo y ha encargado a su departamento de Defensa que elaboren una forma de justificar su intervención militar, y estos, en una reunión del anacronismo Inteligencia Militar, han hecho lo que mejor se les da, mandar un comando de élite a una hacer una misión secreta. Una misión que por supuesto no existe y de la que nadie se hará responsable, claro (esa es la única diferencia entre una operación “Blanca” y una “Negra”, la legitimidad de la acción que lleva a cabo).

*Opción B. En una retorcida vuelta de tuerca, la propia C.I.A. ha organizado una operación tan cutre y evidente que nadie sería capaz de cargarle con la responsabilidad a ella, más bien se la cargarían (si es que a alguien se le ocurriera) al señor del tupé que dirige la Casa Blanca, aprovechando la fama que le atribuyen muchos de estrechez de miras. Con esto generarían la primera gran acción de propaganda anti-Trump que no sale del propio gabinete de prensa del presidente (Porque, no hace falta decir que el mayor promotor de la campaña contra Trump, es el propio Trump ¿no?) y que, por tanto, no pueden manejar al gusto. No hay que desechar esto tan rápido como puede querer la propia conciencia, en el fondo, a la prensa se la denomina el “Quinto Poder” por algo, y no debe desdeñarse la capacidad de influencia que posee la publicidad bien dirigida, sobre todo si va revestida de cierta sutilidad. De hecho, el único “pero” que le veo a esta idea es que me parece demasiado sutil y elegante para ellos. ¿Utilizar las armas del enemigo para vencerlo, en este caso el desprestigio, impostado a veces, regalado otras, pero siempre previsto y manipulado por los medios afines para darle la vuelta convirtiéndolo en mártir, en verdaderamente un método de rechazo social? Mmmmm, no sé, no sé...

Sea como sea, a mi parecer, hay una guerra soterrada en el seno del Estado más poderoso del mundo y eso sí que es un peligro y no las armas atómicas con más fallos que un juego de bolos de Corea del Norte...

Salvo, y esta es la tercera opción, salvo que esto sea una excepción a la lucha por el poder, y por conveniencia hayan hecho una tregua. Si, es posible, por rocambolesco que parezca, que la Agencia Central de Inteligencia haya trabajado con el presidente para lograr un salvoconducto ante sus ciudadanos y la Comunidad Internacional para intervenir en aquella guerra.

¿Y por qué tanta ansia en medrar en este conflicto? Pues no tiene nada que ver con la causa del teatro que han montado los medios de comunicación: los refugiados que sin ningún escrúpulo han transformado en títeres movidos al hilo de fotos y vídeos dantescos para representar una función macabra cuyo fin es insuflar miedo en la población. La verdadera causa del interés en participar de este avispero (avispero en el que los americanos no paran de sufrir picotazos mientras los rusos parece que, escarmentados de la derrota en los 80, se mueven con impunidad, dicho sea de paso) es simple y llanamente el poder. El leit-motiv más viejo del mundo ha vuelto, como los astros y los hombres, cíclicamente, ha ser la causa por la que los países marchan a la guerra. ¿Y cuál es el tipo de poder específico en este caso?

Pues dos, por un lado hay que destacar la guerra mal y apenas soterrada entre "los dos bloques"(desde que nacieron nunca han desaparecido: el lado capitalista contra el bloque "rojo", digan lo que digan los libros de historia con sus perestroikas, caídas de muros y demás misas). Debe ser que poco les importa ya a rusos y americanos ocultar sus luchas, pero nada les gusta más que medírselas... las fuerzas, mal pensados. ¿Y en qué mejor lugar que repartirse sus, como diría Ibañez, ensaladas de tiros que en una tierra neutral lejos, muy lejos, de sus respectivos continentes? Ninguno, está claro, así que cualquier lugar es bueno (siempre que sea lejos de sus fronteras, como digo) para enfrentar sus tácticas menos regulares y sus capacidades más rastreras (podría poner un adjetivo políticamente correcto relacionado con el honor, pero no nos engañemos, poco honor hay en matar y esto es ruin, se mire por donde se mire). De modo que esto es un segundo Vietnam (aunque sin marines) en el que un lado y otro se están partiendo la cara a través de terceros envueltos en una amarga guerra civil. La victoria reportará (porque lo hará, habrá un ganador como siempre en todas las guerras, quiera decir el pacifismo lo que quiera) además de una influencia en la zona y, muchísimo más importante, entre el Islam (permitidme subrayar, mientras el resto de medios de comunicación ni lo mentan -ejemplo de lo mediatizados, por no decir manipulados, que están- que este conflicto decide el futuro de los próximos años de dicha religión); el ganador conseguirá asestar un golpe a la moral de su adversario que puede cambiar radicalmente la manera de encarar su desarrollo estratégico, tanto en el ámbito del espionaje como en el del entramado industrial-militar y esto SI afectará al "mundo cercano", como le llamo yo, a la evolución en casa y no por ahí, en países remotos perdidos de la mano de Dios. Apenas se dirá nada, suceda lo que suceda, gane quien gane, “el ilusionista” no dirá nada de las dos potencias, sólo hablará del ganador oriundo y mucho menos de las consecuencias que esto generará (excepto los fútiles ejercicios de futorología que harán contertulios en todo programa político).

El otro es algo más extenso y requiere remontarse unos años en el pasado, a los inicios de la guerra civil siria ¿Alguien lo recuerda? Permitidme que refresque la memoria: al comienzo del conflicto, U.S.A. apoyaba tácitamente al gobierno legítimo, no porque fuera "el elegido por el pueblo" (pongo sólo dos comillas por no llenar toda la línea con ellas...), eso a los dirigentes del mundo les importa bien poco (si tienen que derrocar o aupar administraciones no titubean, da igual si es lo que quiere el pueblo o no), sino porque era chií (para no entrar en definiciones que alarguen esto demasiado, sólo decir que es la rama menos proclive al radicalismo de las dos mayoritarias en el Islam), de hecho, ni siquiera, era eso, más bien era Alauí (rama todavía menos radical y si mucho más cercana a las costumbres occidentales, tales como el rechazo a los dictados religiosos o fatuas) tenía el país bajo control en una razonable paz y estabilidad para lo que es esa zona y era un buen candidato para llevarlo a una era de modernidad (o lo que en estos lares signifique, más o menos: No escuchar disparos día sí, día también). Por tanto, aunque los chiíes (mal-agrupemos aquí a todas las distintas ramas seguidoras de Alí) eran históricamente aliados rusos, la inestabilidad suní (casi cualquier agencia de inteligencia competente sabe que multitud de grupos terroristas islámicos están financiados por emires por pura simpatía, unidos en torno a la cercanía ideológica y religiosa) obliga a los americanos a un acercamiento por mor de la lucha antiterrorista que se les ha ido de las manos (por su propia culpa, por entrenar a los muyaihdin en su día en la citada en el paréntesis guerra contra la invasión rusa, también hay que recalcarlo).

Es tan flagrante este hecho como que ahora mismo, mientras se leen estas líneas, hay agentes de la C.I.A. entrenando a los rebeldes. ¿Qué cambió el paradigma? Pues debe ser la única verdad sin dobleces que ha contado "el ilusionista", el lanzamiento de arsenal químico contra la insurgencia contraria al régimen de Assad. No es que a E.E.U.U. le importen un pimiento, como dirían los castizos, los tratados suscritos en la Convención de Ginebra, a diario suceden violaciones en los rincones más remotos y, de las que tiene constancia, no hace nada por remediarlas (tampoco es que pudiera, eso hay que reconocerlo, nadie tiene recursos para ser la Policía Mundial). La diferencia en este caso concreto es el riesgo inherente que trae consigo dichos ataques (y eso si confiamos en que el ejército sirio es culpable de esto que yo no me la jugaría por mucho que soflamen los medios). Los americanos viven cómodamente en el actual estado de los conflictos, grupos armados (manipulables en mayor o menor medida por el largo brazo de su influencia) enfrentados en conflictos regionales difícilmente propagables a zonas de verdadero interés (y si pasa, como en Kuwait, se manda a los Marines y listos) con cohetes, fusiles y granadas, algún vehículo (nunca aéreo, salvo reliquias como el A10) y... poco más. En ningún momento se usa armamento no convencional, como armas bacteriológicas o bio-químicas. Eso es incontrolable, y se corre el riesgo de sentar precedentes indeseables. Hasta ahora, el principal peligro de los arsenales alternativos (de destrucción "masiva" o no) eran los terroristas (armas binarias y bombas sucias), nunca países. Si se permite a Assad (repito, tragando con mucha mantequilla de la retórica, porque no hay pruebas de esta acusación, CERO, como los puntos que dan a España en Eurovisión. Sólo un informe que no se creen ni los que lo hicieron "fabricado al gusto" en Turquía, y digo esto porque tiempo ha que se sabe de la rivalidad a todos los niveles entre Siria y Turquía) emplear sus armas químicas sin que la Comunidad Internacional le condene y ACTUE (lo contrario es el pan de cada día: "¡Uy! Que malo eres que has hecho no sé qué cosa, pero te puedes ir con una collejita en forma de sanción", si es que llega a ejecutarse la multa...) se estaría sembrando la insidiosa idea de que cualquiera puede usar las armas que posea (y si no las tiene, o bien las cree o bien las compre en el mercado negro) sin penalizaciones ni consecuencias de ningún tipo ¿Y qué pasaría si se deja germinar tal idea? Pues que las zonas sensibles (porque el suelo norteamericano es inviolable, cualquier país que ni siquiera merezca ese nombre sabe que atacar suelo continental y con armas no convencionales equivale a recibir en cuestión de horas una respuesta en forma de misil Trident cargado con una cabeza "nucelar" de 2 megatones lanzado desde alguno de sus submarinos nucleares repartidos por las aguas de todo el mundo) se vean de repente en un peligro NO controlable que ponga en riesgo los activos capitales que vuelven la zona de turno de interés. Y eso es intolerable esté el partido que esté, se siente en el Despacho Oval el presidente que se siente. Los intereses norteamericanos NUNCA se pueden poner en juego y si ello sucede el infeliz que lo haya hecho se encontrará en el lado equivocado de la mira estadounidense, como sucede aquí.

Por eso Assad lo tiene tan complicado, por eso están sucediendo cosas tan raras. Porque, por mucho apoyo que tenga de Rusia, a mí nunca me gustaría estar en el bando contrario al de los chicos de las Barras y Estrellas, y el dictador sirio está ahí, en el que es, normalmente, el bando perdedor.
Por lo que, y con esto acabo ya (si has llegado hasta aquí, mi más sincera felicitación, eres un friki de la conspiranoia y las guerras casi tan hondo como yo), en mi opinión más la valdría ir negociando una solución diplomática y pedir perdón públicamente por usar armas prohibidas (lo haya hecho o no. La verdad no importa ya a nadie, hoy el lema es que la realidad no te arruine un buen artículo), es decir, por arriesgar los intereses americanos... si no quiere acabar como Gadifi.

Como reza el refrán (y el refranero español es muy sabio) "Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".

P.D.: En esta ocasión la gravedad del asunto me obliga, en conciencia, a poner la FUENTE de las imagenes que adjunto en esta entrada para que juzgues tú, mi querido lector. Y paso quiero dejar otro ENLACE del mismo autor con un testimonio de primera mano narrado en la cadena SER que también puede arrojar luz a todo este asunto. Si me permites una reflexión final, a veces me gustaría ser Íker Jimenez y preocuparme por fantasmas y ET's, no sé si me explico...



Nada es tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer.-Víctor Hugo

viernes, 12 de mayo de 2017

El extraño que hay en mi

La confianza es como un espejo, una vez roto se puede arreglar pero se ven la grietas.- Lady Gaga

Esta es la continuación de la anterior entrada "Lágrimas desordenadas", la reflexión natural que (me) surge al comprender el vacío en el alma.
Sinceramente, no es que me apetezca escribir mucho en este momento, pero quizá sea bueno, precisamente ahora, escribirlo, porque nunca mejor para contar algo que en el momento que sucede, ¿verdad? Así puedo describir que me pasa por la cabeza.
O que no me pasa, porque lo único que siento es esa molesta y pesada desazón que todo el mundo conoce de épocas peores. Por mi cabeza se pasean mil y una cosas, ninguna se queda, todas escapan, ahuyentadas por el vacío que encuentran en algún lugar detrás de mi estómago, justo en el centro de mi cuerpo, el centro de gravedad humano que llaman, justo dónde debería estar mi alma.
Y es curioso, porque parece que todas esas frases hechas sobre la identificación de ese ánima con el ser, con la personalidad, parece cobrar ahora todo el sentido que antes me parecía nulo o teatral en el mejor de los casos.
De hecho, puedo decir qué sucede: Sucede que al final del camino lo que encuentras es un desconocido. Miras al espejo y no te reconoces, ves un extraño devolviendote la mirada en el lugar dónde antes estabas tú y no sabes en qué momento te secuestró.
Aunque, a fuerza de ser franco con uno mismo, recuerdas esa decisión que marcó, no un hito decisivo, pero si que suponía la primera piedra del castillo en que las circunstancias te han recluido y no es la única, no. Una telaraña de infortunios, mala suerte, errores de juicio... ninguno tan grave como para ser escandaloso, por lo menos no lo suficiente como para darte cuenta que las paredes han ido aumentando su tamaño a tu alrededor, pero que entre todas te han traído hasta aquí.
Pero sería injusto cargarle toda la responsabilidad a la "vida", eso es un concepto, puede que abarque el conjunto de sucesos que llamamos existencia, pero hay que reconocer que, aún siendo el arquitecto, no es también el constructor, al menos no el único, tú mismo eres aparejador de esto y te guste o no, ese que te devuelve la mirada es parte de ti, una parte que has creado sin saberlo, pero que ahora está ahí, reemplazandote.
¿Sabes lo peor? Nadie se ha dado cuenta ¿¡¿Cómo van a hacerlo si ni tú mismo te has dado cuenta?!? Y eso es aterrador, porque significa que por dejarlo pasar, por perdonarte los fallos, has interiorizado ese comportamiento que no es tu comportamiento ¡Tú no eras así! No actuabas así, pero ahora si y eso es... mucho más que inquietante, inquietante es que la gente pueda pensar que eres así, pero que tú actúes de este modo es espantoso. Y todo es culpa de la autocomplacencia con que te has lavado la conciencia.
Seguramente, si aún te quedan lágrimas y eres capaz de ello (cuando te recuperes de la sorpresa), llorarás amargamente, pero no servirá más que clamar al cielo por tu ceguera o implorar al vidrio como si fuera el espejito mágico. No hay vuelta atrás, nada ni nadie te devolverá el tiempo (y todo lo demás, todas las bifurcaciones que podía haber tomado tu vida, todo lo bueno que perdiste, toda la alegría... la felicidad, en definitiva), no vendrá ningún ángel de las navidades pasadas a girar las agujas del reloj y ya puedes pasar todas las noches que quieras fantaseando los caminos alternativos que tomarías si volvieras a nacer, que esto no es el día de la marmota y no habrá "respawn".
Si, ya. Claro que todos querríamos ser Nicolas Cage y ver el futuro antes que suceda, e incluso él tan sólo alcanza a ver 2 minutos, horas en el mejor caso. Pero hay una diferencia abismal entre deseo y realidad para cualquier mortal, por lo que lo único que te queda es (y eso si tienes suerte y no has liado, por no decir algo peor y más soez, tanto las cosas que ya no tengan ni arreglo) seguir llorando (de la forma que sea, autodestructiva o no) o decir basta. Darte cuenta que estabas encaminado a algo y te encuentras a la deriva a años luz del rumbo esperado.
No voy a ser tan hipócrita de decir que todo tiene arreglo, no es verdad, hay veces que has escarbado tanto el pozo que ya no hay ni luz para ver por dónde salir y, si sigues brazeando, lo más probable es que te entierres aún más. Por lo que debes tener suerte y ser capaz de ver la luz, ahí, muy arriba, la salida al final del túnel del terror en que te has (y/o te han, lo cual es todavía más terrible) metido. Si no, si ya ni ves la luz, pide ayuda.
Si, una lectora, una amiga del bosque, me ha pedido que haga algo positivo con este par de entradas tan negativas y creo que tiene razón, no aporto nada bueno si no doy una solución, una esperanza para el que está al otro lado de la pantalla, pero no un mero 'no hagas lo que yo, aprende la lección' (también un aporte, mas quizá se antoje en este caso corto) sino algo más. Y esto es lo que puedo decir:
Se debe entender que se ha tocado fondo, que se puede abrir un nuevo agujero a ese fondo, pero eso no ayudará a salir porque si se intenta salir por el otro lado de la Tierra, hay que recordar que uno se quemaría al llegar al núcleo. No, la verdadera salida está en gritar, en gritar como nunca se ha gritado pidiendo ayuda, una cuerda con la que asirse y escalar por fin esos muros que han arrancado la luz del sol. No hay ninguna vergüenza en pedir auxilio, en reconocer las limitaciones propias y entender que para llegar al destino que se ha perdido se necesita una mano amiga. Tal vez, en el peor de los casos, no haya nadie, absolutamente nadie en ese alrededor, ni un amigo o un familiar, ni siquiera un conocido, que pueda ser ese apoyo, eso es infernal, pero aún así hay salida, hay ayudas sociales... sin embargo, ni siquiera toda la ayuda del mundo servirá si no se reconoce previamente que se está en un lío del que no se puede salir, y ese es el primer paso, no el único, pero quizá sí el más difícil, pues implica asumir los errores y, más importante, la culpa. También es importante dejar que la ayuda haga su trabajo o nada podrá hacer si se le impide o boicotea su trabajo, en el mejor de lo casos hacer de un incómodo Pepito Grillo, en el peor... Dios sabe (y no quiero ni imaginar las disyuntivas posibles), sea como sea, en el algún momento hará algo que no agrade, pero será necesario y se deberá entender si se quiere cambiar.
Puede que esto parezca sacado de algún manual para adictos, y tiene todo el sentido, el principal problema de un adicto no es la muerte o las enfermedades que su adicción le pueda acarrear, no. El principal problema, y por lo que esto suena tan parecido, es la destrucción de su vida, de sus oportunidades (ese rumbo del que hablaba antes) a manos de su vicio. La diferencia radica en que, en el caso que cuento, no es la causa de la desgracia, sólo (si es que sucede, pues no todo el mundo cae en alguna adicción al ver como su mundo se derrumba) un efecto más que suma al computo global del desastre.
Así que, créeme, querido lector, si ves (ojala, sinceramente que no sea así) que tu vida se ha venido abajo, es hora de que te detengas y reflexiones si quieres seguir en esa espiral negativa en que te has metido o si, por contra, ya no quieres llorar más. Es hora de que pases a la acción, porque nadie va a venir a sacarte si primero tú no cambias la dinámica. Cada uno tendrá sus problemas y le parecerán en un primer momento insuperables, pero nada más lejos de la realidad.
No obstante, no puedo dejar las cosas tampoco así. Como he dicho antes, no te voy a mentir, esto te va a sonar duro, lo es, pero es la realidad, y la realidad siempre es dura para todos (hasta la persona que mejor creas que le va en la vida tiene momentos difíciles): Cabe la posibilidad (es lo probable, de hecho) que ya nunca vayas a ser eso que querías, que ya no llegues dónde soñaste o donde al menos esperabas llegar, pero siempre es mejor, sin duda alguna, reconocerte en el espejo, aunque no sea lo deseado, que ver ese extraño que hay en ti.


¿Porqué no cuentas cuál es tu experiencia si es que has tenido el infortunio de tenerla? Seguro que sirve al resto de habitantes del bosque y aporta una perspectiva diferente.
Ánimo, nos vemos en el bosque.
El hombre nunca hizo un material tan resistente como el espíritu humano.-Bernard Williams

viernes, 5 de mayo de 2017

Lágrimas desordenadas


Las lágrimas son palabras que necesitan llorar.- Paulo Coelho


Quizá en otros lugares hayan felicitado la navidad, la Semana Santa, la Fería de Abril o algo, pero creo que mis lectores (espero) estarán cansados o sencillamente no les apetezca una más de este tipo de cosas, las típicas entradas de relleno hechas para cubrir el hueco de ideas (o ganas de escribirlas) que suele haber en este tipo de épocas del año (vacaciones, vaya). Sea o no así, yo SÍ lo pienso por lo que, como este es un blog de autor (eufemismo para decir que hago lo que me da la gana en él. Es lo que tiene rendirle cuentas a uno mismo, cierta libertad), voy a ir directamente a lo que me interesa, una de mis reflexiones poco profundas pero muy largas (¿Te gusta conducir, digo escribir?) que nada tienen que ver con el espíritu navideño ni santo, ni... ni nada.
De hecho esta es una entrada de las más extrañas que escribiré, ya lo aviso. Es un pensamiento que me ya ido dando vueltas a la cabeza durante un tiempo pero que nunca he verbalizado: Esas ocasiones en las que se empieza a llorar sin motivo aparente, sin que una situación especialmente dramática o alegre afecte al ánimo, o haya voluta de humo, ráfaga de viento o cualquiera de las condiciones que explicarían este suceso, presentes. En esos casos ¿Nadie se ha preguntado nunca que sucede entonces para provocar estas gotitas saladas? Sinceramente, quizá yo tampoco le prestará mucha atención al principio, pero más tarde me dí cuenta de la rareza de estas pequeñas, de su excepcionalidad.
Quizá no duelan tanto como las habituales, pero debe notarse que tampoco se dan si nos sentimos bien, si no nos sentimos, en alguna parte de nuestro interior, agitados, inquietos o sencillamente tristes. No se dan si algún rincón de nuestra alma algo no está desgarrado, incluso aunque no lo hayamos sentido. Algo está roto, está mal y esas lágrimas son la manera en que nuestro interior nos lo hace saber. Cuando el corazón ya no aguanta más el dolor se desahoga incluso aunque la mente consciente no se haya dado cuenta de ese pesar y la única forma de expresarlo para nuestro lado emocional es con la clásica (aunque no siempre ligada a ello) representación del duelo, con ese idioma universal, único que entiende un lado tan profundo, como es la simbología. El problema es que nuestra mente no entiende a veces ese lenguaje y el duelo sigue ahí, sin que sepamos siquiera que está, ahogado por la tormenta de estimulos que nos arroja el día a día desde que abrimos los ojos. No lo vuelvas a ignorar, querido lector, puede que estés ignorando algo más importante que ese quehacer tan vital e ineludible, y luego lo lamentes, creemé si valoras en algo mi palabra...
¿Sabes? A veces me gustaría poder hablar con mi subconsciente y preguntarle qué sabe que a mi limitada parte consciente se le escapa hasta desconocer casi completamente. Ese conocimiento de porqué siento felicidad o tristeza y no entiendo ni el motivo, sólo puedo sentirlo y adivinar que tras él hay un motivo por la regla causa-efecto, mas sólo alcanzo a conjeturar cual es esa causa oculta.
Me gustaría que el subconsciente humano tuviera una voz, una tan alta y clara como la de la conciencia, pues su importacia es semejante a la de nuestra guía y ella sí posee presencia (¿Quizá Dios no tuviera en cuenta que si nos hacía tan sensibles necesitabamos una mejor comprensión de dicha sensibilidad? Tal vez creyó que daríamos mejor uso a nuestra inteligencia, que no tardasemos más dos mil años en siquiera dar forma al termino inteligencia emocional. Lo siento, Creador, pero tus ovejas tienen unas inclinaciones menos... constructivas). Ójala pudieramos oír su eco, para que expresara con palabras lo que nuestro cuerpo grita con sensaciones. Y es que sinceramente, no creo el cerebro haya desconectado del corazón, únicamente la parte que decimos racional, la parte que tanto orgullo genera siendo la menos inteligente, la que menos conoce y comprende.
Y ahora ¿Cómo se recupera? Si quisiera recuperarla ¿Qué debo hacer? ¿Lo sabes tú, mi sentido lector? Si al menos supiera cómo hablarle a mi interior para que este respondiese, aujque fuese en ocasiones, no mantener un diálogo constante, porque no todas las oraciones sin respueta son respuestas en sí, creo que a veces nuestros anhelos simplemente no llegan a su destino, no llegan ni a ese rincón profundo de nuestro ser ni a, si es que existe, la Entidad que guarde la estrellas, y se pierden. Esa pérdida debe ser muchas veces la causa de nuestro lamento, que el subconsciente conoce cuando el deseo se ha perdido por el camino, cuando la comunicación ha fallado y nos hemos quedado sólos, alejados... hasta de nosotros mismos.
Vaya, que texto tan largo para decir esa frase de Amaral: Necesito a alguien que comprenda que estoy sólo en medio de un montón de gente ¿Qué puedo hacer?. Y ni siquiera encuentro ese algo que la literatura cuenta como la parte que nos hace especiales, la parte que nos hace resistir en medio de la tormenta por fuerte que sople, por aislados que estemos, porque hay tanto ruido a mi alrededor, en mi, que no alcanzo ni a oír eso, que es, sino lo único, lo más importante. Noto mi corazón latiendo bajo el pecho, pero olvidé porqué lo hacía ¿Eso aún cuenta como vivir, o sólo es el ruido que presagia la derrota final, la derrota del alma cansada de sobrevivir cuando quiere vivir (y ambas palabras, pese compartir la plabra "vivir", no se parecen en nada)? No lo sé, sin embargo, al menos ya sé que algo se está rompiendo dentro de mi y que, por mucho que crea y me repita: Puedo con todo, esto no me afecta... ya me afectó.
Toma nota de mi reflexión, que mi tropiezo te sirva de lección. No dejes que sea demasiado tarde, mi estimado lector, no dejes que la situación te desgarre ese pedacito de ti que la sociedad desprecia como débil: tu Gracia, tu sentido de ser, ese algo por lo que luchar, por lo que seguir despertandose un mañana más. Siempre una vez más, por muchas veces que caigamos.


Cada lágrima enseña a los mortales una verdad.- Platón