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Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. - Benjamin Parker |
La sociedad y sus valores van
cambiando, pero una cosa permance inalterada: La resposabilidad. La
responsabilidad de los actos, de los hechos, de las palabras y, por supuesto lo
más importante, del poder. El cargo que se
otorga a una persona va acompañado
no sólo de unas potestades sino también de la responsabilidad que implica el
empleo de dichas capacidades, por mucho que esas se pierdan en el limbo del
olvido de quienes las ostentan.
Lo peor de estos
"olvidos" es que, la gente que posee el poder no sólo no asumen esas responsabilidades sino
que, por si fuera poco su fallo, vuelca las culpas por los errores en el uso de
ese poder en terceros que ni tienen acceso, ni han hecho uso (o no uso)
inadecuado de ese poder.
Mucho han cambiado las cosas, si,
y ciertamente prestidigitadores de la responsabilidad que eluden cualquier
culpa como un hábil regateador han existido siempre, sería mentir pensar siquiera lo contrario.
Lo preocupante es que, lejos de ir a mejor, cada día esta lacra (y perdón por usar palabras tan duras pero creo
que es un fenómeno que merce tidarlo así) va a peor.
Cada día hay más elusivos de la culpa, cada día acceden a puestos de mayor
RESPONSABILIDAD (que por algo se le llama así,
cargo de responsabilidad, no de poder) y cada día tienen más desfachatez en sus excusas, pues no
cabe duda que aquel que no asume sus culpas sólo
pone meras excusas en su vano intento por evitar su responsabilidad (con el
castigo por fallarla).
En el fondo es eso: Cobardía. No puedo dejarlo en un mero paréntesis porque es un hecho principal, tal
vez el problema central. Y es que cada vez hay más cobardes en nuestra sociedad.
No sé que está pasando pero tenemos, por mucho que nos
duela, una sociedad cada día
más cobarde. Las personas cada vez tienen
menos valor y más ambición, más
ego y menos inteligencia ¡Quieren
mucho más haciendo mucho menos! Y para
conseguirlo son capaces de elocubrar unas planes complejísimos (por lo que vaguería no hay, en eso podemos dar gracias).
Un trabajo que si se hubiera empleado en hacer las cosas bien no habría pasado lo que suele pasar: que las
cosas no salen como se planearon.
Aunque para ser sinceros, estas
complejas tramas suelen hacerse a posteriori para, como decía antes y enlaza con el principio de
esta entrada, evitar las culpas de un mal empleo del poder otorgado.
No diré que antiguamente se tuviera una mayor
sabiduría para desempeñar cargos, pero al menos si se tenía más
valor para emplearlo, más
noción de la culpa cuando se erraba y
buscando (por lo menos más
que ahora dónde sólo
importa el "yo") el bien común
de las personas a las que se debían.
Pondré un ejemplo muy claro de esto que cuento
que todos identificaran rápidamente
y del que ha pasado el suficiente tiempo para que cada cual se haya hecho su
propia opinión: Este fin de semana de Reyes un
temporal ha azotado la península
ibérica, los fríos unidos a las precipitaciones han
dejado nevadas que han asolado la red de carreteras del Estado Español bloqueando, incluso, la circulación de vehículos en algunas vías especialmente castigadas (y peor
mantenidas).
No hay que tener una imaginación desbordante para comprender el caos
que esto ha generado: Gente atrapada, pasando frío, pasando hambre... la situación ha llegado, en algunos puntos, a ver
personas inmovilizadas en sus coches ¡durante
16 horas! ¿Y a qué
o quién culpa el director de la agencia
encargada del tráfico en España, el señor Gregorio Serrano López? Pues, como se puede deducir del
resto de la entrada, a todo el mundo menos a él.
De hecho, lejos de asumir sus
culpas por las personas a las que falló
¡Les cargó con ella! O sea, un señor que está ahí
para usar los medios conseguidos con el dinero de esa gente a la que culpa, se
contenta con una nota informativa acerca de la previsión (previsión, ojo, que no certeza absoluta) y una
recomendación, se piensa que con eso ya ha cumplido
su labor. Si la gente al día
siguiente tiene que trabajar, que no vaya y si le despiden o le sancionan es su
problema por haberse ido de vacaciones, pues el individuo (por llamarlo de
alguna manera) este ya había
informado sobre el posible estado de las carreteras.
Si, efectivamente, no tiene porqué usar las máquinas quitanieves, la sal, los
servicios y cuerpos de seguridad del Estado a su disposición... nada. Él ya había cumplido su trabajo para con la gente
que le otorgó el poder y el cargo esperando que los
protegiera. El problema era de los niños
por querer ver a sus abuelos, por ejemplo (no es demagogia, un coche con dos
bebés tras ¡horas! esperando se quedaron sin agua y
sólo gracias a los pasajeros de un autobús al lado, que les dieron agua, pudieron
darles algo de beber. Eso no es demagogia, la desesperación de los padres que este narrador no
atisba ni a imaginar es real, muy real, tanto como la ira que bulle en mi ante
la desvergonzonería del
principal responsable de este suceso).
La Unidad Militar de Emergencias
ha sido la que ha tenido que terminar arreglando el entuerto mientras el señor Gregorio Serrano López, ejemplificando lo que decía antes de forma general, buscaba
cabezas de turco sobre las que volcar su ineptitud y, si bien es cierto que los
responsables privados de las carreteras (como Autopistas, filial de Abertis)
tienen gran parte de responsabilidad, me parece de muy mal gusto y corto de
miras incluir entre los culpables a los afectados por, prácticamente, dejarse afectar.
Olvida este, y muchos en esa
agencia, que el motivo de su existencia no es el de recaudar fondos mediante
impuestos de toda clase, sanciones cada vez más
elevadas y normas cada vez más
rígidas (y eso por poner métodos medianamente legales y no otros de
ética mucho más dudosa como imponer cupos de multas a
los agentes) sino el de proteger a los ciudadanos cuyo dinero les sotiene y
permite el funcionamiento de dicha agencia. Olvidan que están al servicio de los conductores y no al
revés.
No obstante, este sólo es un ejemplo y, aunque sea el más novedoso no será, por desgracia, el último. Y yo me preguntó por qué porqué
esa falta de compromiso ¿Es
que la gente no tiene ninguna clase de compromiso ni tampoco de ética profesional, ni siquiera quiere
ayudar a los demás?
La verdad es que no tengo respuesta
para este fenómeno de desidia sólo espero que tú, mi querido lector, no seas así y encuentres la manera de afrontar tus responsabilidades, aunque sólo sea porque si todos hiciesemos lo mismo este sería un lugar mejor y ¿No es eso nuestra Responsabilidad?
Nos vemos en el bosque.
Nos vemos en el bosque.
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Debes asumir la responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero puedes cambiarte a tí mismo. Eso es algo que tienes a tu cargo. - Jim Rhon |